Hoy dejamos aquí plasmada la poesía que el hermano Antonio Luis Ortiz dejó para la posteridad para reflejar la realidad de la Mananta y de nuestra Corporación Bíblica en este confinamiento forzozo al que nos está sometiendo el maldito coronavirus.
Una obra soberbia con doble mérito, por un lado, el de componerla sobre la marcha, sin apenas tiempo para interiorizar lo que nos estaba ocurriendo al no poder celebrar el IV sábado de romanos en nuestra Corporación, circunstancia que se daba por primera vez en los más de treinta años de existencia de la misma, y por otro lado, plasmando en la misma sentimientos propios y ajenos e interiorizando lo que prácticamente todos los mananteros sentimos ese día, con una visión muy amplia de todo lo que rodea nuestra vivencia en cualquier sábado de subida al Calvario a visitar a nuestro "Terrible" y lo que nos robó este virús al obligarnos a suspenderla.
Como muestra de lo profundo de esta letra ese septimo cuarteto en el que nos describe como este día en esa triste velada los coros de los hermanos de las diferentes Corporaciones no pudieron entonar en sus respectivas paradas la emblemática saeta coreada "Alondras y Ruiseñores".
UN DIABLO CON CORONA
Entona el
reloj del templo
su monótona
canción,
dan las once
de la noche
al pie de la Concepción.
Están las
calles desiertas,
el río llora
de pena,
hoy no suben
los romanos
la erguida
Cuesta Baena.
No refulge “la
Bengala”,
ni hay ecos de
trompetas,
ni redoblan
los tambores,
ni hay
murmullos de saetas.
Solloza la
calle Santos,
¿Por qué
motivos tan crueles
no habrán
abierto las puertas
su vivero de cuarteles?
Hasta la
ancestral bodega
niega sus
cálidos vinos
a su pequeña
vecina
tabernita de
Rufino.
La calle
Aguilar no puede
cumplir con
siglos de historia,
ser esa
escalera al cielo
donde
alcanzamos la Gloria.
Hoy no detienen
su vuelo
los coros de
ruiseñores,
que invocan a
las alondras
para cantar
mil amores.
Con cuatro
patas se queda
nuestra Vieja
Cuaresmera,
sin saber si
volverán
a igualarle la
cojera.
Rezándole está
al Terrible
con su rosario
en la mano,
para cuando
regresemos
no falte
ningún hermano.
Un “diablo con
corona”
deja “mudo” al
pueblo entero,
ha venido a
someternos
al ostracismo,
al encierro.
Y nos deja sin
“Mananta”,
sin abrazos y
sin besos,
sin brindar
con los hermanos
y sin cultos y
sin rezos.
Qué amargo
este sentimiento,
el ser ausente
en tu tierra,
tan cerquita
del Calvario
“proscrito”
entre agrestes sierras.
Igual que
Miguel Romero
no verá al
Apostolado,
ni al
Degüello, La Bengala,
ni al Gallo de
los Ataos.
Falso monarca
te digo:
si algo este
año me pierdo,
tengo de otros
anteriores
al menos cien
mil recuerdos.
De abrazos y
de apretones,
emociones,
sentimientos,
solo tengo que
alargarlos
un poco más en
el tiempo.
Y soñar que
“la Mananta”
llenará otra
primavera
de aromas y de
cantares,
no importa
cual sea la espera.
Me podrás
quitar los pasos,
la Diana y el
Imperio,
pero es que
SER MANANTERO
ES ALGO MUCHO
MÁS SERIO.
Antonio
Luis Ortiz Rodríguez
DIABLO MUDO -
2020
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